Y ahora es cuando presiento de que me gustas.
Así es, me gusta tu rizado pelo, tus ojos, tu voz, tu pasión por la música, tu forma de tratarme e incluso tu máxima imperfección.
Me conoces demasiado bien en tan poco tiempo, y si nos hemos llegado a conocer es por algo, ¿no crees?
Sabes perfectamente que me encanta cuando me dices: "Te quiero, y será para siempre" ya que lo dices de verdad. Vale, que soy la primera en decir que la perfección no existe, pero eres un caso a parte.
Adoro cuando sonríes y nuestras miradas se unen; es tan mágico.
Que sí, que cada vez que te veo me pongo muy nerviosa y noto un ligero cosquilleo en mi estómago mientras me ruborizo como una tonta mientras me vicio poco a poco a esa sensación.
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